El secreto del éxito de Charlotte Chantal
lunes, 9 de julio de 2012
De la mano de una improvisada maratón gay y de la cancha de Marcelo Tinelli para hacer del menos pensado un personaje mediático, Charlotte Chantal Caniggia arrasó con el rating el martes y todos se preguntan: ¿qué tiene la hija de Mariana Nannis y Claudio Paul Caniggia para haber hipnotizado al público argentino?
Acento extraño, peluca, tacos altísimos de Christian Loboutin, carteras de diseño, y su amor por el “yampein”. Monosilábica y con mirada de asombro e inocencia, la chica, se suponía, iba a bailar reggaetón. Sin embargo, Tinelli se olvidó del baile por un programa e hizo humor y con ella.
Es difícil recordar otro momento en que el conductor haya decidido sacrificar el programa para darle pie a un personaje. Tito Speranza hacía lo suyo el año pasado jugando al basquet y Ricardo Fort también tuvo sus momentos con Virginia Gallardo, pero nada similar a esto.
“No creo que haya sido yo. El rating lo hace Marcelo, yo lo acompañé y me divertí muchísimo. Y estoy asombrada con lo que está pasando”, dijo Charlotte a PERFIL.
—¿Por qué creés que lo tuyo atrae tanto?
—Quizás porque soy un poco diferente. No estoy desesperada detrás de la fama, ni tampoco del dinero. Lo que quiero es divertirme.
—¿Qué pensás de aquellos que te miran mal en el certamen?
—A veces me preguntan si escuché lo que dijeron de mí, y la verdad veo muy poco. Yo no le estoy haciendo mal a nadie. Vine a trabajar y a divertirme. Jamás entraré en polémica, pueden decir lo que quieran, no es mi estilo pelearme con nadie.
—¿Cómo te definirías?
—Como una chica de 19 años que de repente se encontró con un mundo nuevo.
El argentino que más conoce a la hija de Mariana Nannis, el diseñador Claudio Cosano, apunta a la espontaneidad: “En algún punto Charlotte es igual a Mariana, movilizan porque son tal cual se muestran en pantalla: espontáneas, enérgicas, y frontales. No hacen un personaje. Aunque es una criatura aún y más tímida que su madre. No conoce a nadie, viene de una cultura tan distinta que parecería que hace un personaje, pero no. Y eso la hace inocente y hasta impune“.
En la misma línea el productor artístico de Endemol, Rubén Vivero, también apuesta sus fichas a la frescura. “Tiene el encanto de Paris Hilton, pero de cabotaje. Es luminosa. Es una joven que no viene a venderse por sus atributos, sino como lo que es: la hija de una mujer rica y excéntrica de finales de los 90. Y creo que pegó porque estamos cansados de las botineras, de las lolas, las colas y las peleas. Así como también nos cansamos de los periodísticos, los talk show. Son momentos y modas. Y Charlotte, más allá de lo grotesco y vacío de lo que pueda representar, ya que está ahí por la fama misma, es fresca y eso atrae”.
La periodista y profesora investigadora de la Universidad de la Matanza, Adriana Amado Suárez, refuerza esa idea: “Tiene una cuota de novedad, de sorpresa, algo llamativo en una tele que venía muy chata. Y esto genera atracción. Y tiene que ver con el reality, pero no el reality como formato, sino con el hecho de poner la vida real al desnudo“.
Si bien para Vivero Charlotte es “de lo más fresco que hubo en el casting del Bailando 2012″, el productor reconoce que la imagen de la hija de Caniggia se quedó en los 90. “Representa un target que acá no es muy visto en la tele pero que existe. El estereotipo es: la chica adolescente caprichosa, de familia adinerada, que no se vende con ninguna pretensión más que el ser consumista. Y el show de Tinelli, por más que lo nieguen, lo ven todos, por algo está hace veinte años. Seguro que el grueso del público es el popular, pero la clase alta también lo ve y se ríe. Hay una clase que se identifica con ella y otra que la ve como un factor aspiracional”.
Marcelo Zorsana, director de Surreal Marketing, coincide con Vivero: “Ella tiene un especie de toque menemista, pero con una cosa de nuevo rico de ahora”. Para él, el fenómeno Charlotte reside en un número: 32 puntos de rating. “Está claro que sos alguien que apunta a un público multitarget. Para una marca ella es transversal, es decir: puede ser la cara una marca de un perfume de shopping hasta de un jean de la zona de Flores. Es esa argentina linda, fresca, dietética, criada en cuna de oro, le gusta divertirse y bailar, no está contaminada con la problemática local. Te da ganas de conocerla, de tomar su trago. Un fenómeno nacional y popular“.
La comparación más obvia surge con Ricardo Fort. Quien resume mejor el paralelismo entre él y Charlotte es Cosano: “Fort mostraba sus autos lujosos, sus casas… De ella la gente quiere saber si tiene 39 carteras, si va a las discos en Marbella…. genera fantasía”. Corre un riesgo: no durar más de una temporada.
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