Todo arrancó con Magui en un móvil de Este es el Show, y su cruce con Eugenia Lemos, Clarita Douradinha y Sole Cescato desde el estudio.
Ante la aparente "invulnerabilidad" de la participante, Denise Dumas y el panel comenzaron a indagar en los motivos para que se muestre tan dura y hermética para “el afuera”. “Nadie conoce nada de tu vida…se te ve como alguien insensible”, le dijeron.
Fue ahí cuando la participante se quebró. “Soy vulnerable, pero tengo el error de buscar la perfección en todo. Los que bailamos clásico somos así; cualquier chica que estudie clásico te lo puede decir”, aseguró y comenzó a contar la historia de su intento por convertirse en una bailarina clásica, con ribetes dramáticos como el de haber padecido de bulimia.
“Es una carrera muy sacrificada donde llega una entre miles y era una exigencia muy fuerte de mi madre para que yo sea primera bailarina. De chica, ella también quiso ser bailarina y no pudo”, contóMagui.
Ante las preguntas del panel, contó que su madre vivía en La Plata y no venía a las galas porque estaba enferma. “Pero me ve y estamos comunicadas a través de mi hermano (que también vive en la ciudad de las diagonales) y de mi papá.”
Magui agregó que vivía con su padre en Buenos Aires desde que tuvo que dejar de bailar por la bulimia que padecía. "Me mudé con él para poder trabajar como azafata y estudiar una nueva carrera. Estoy en tercer año de filosofía”, reveló.
“Cuando dejé de bailar sentí que fue un fracaso, pero agradezco el trabajo que tuve como azafata y el estudio que hago, que te abren la cabeza". dijo Bravi.
Y confesó que vivía como una revancha de la vida estar en el reality, porque significa volver a lo que más ama: bailar. “Les estoy muy agradecida por haberme dejado bailar con Hernán Piquín. Fue un momento muy feliz... como abrazarme de nuevo con la danza y terminar de perdonarme por lo que pasó. No puedo dejar de decir gracias”, dijo conmovida.
El tema se centró aún más en los desórdenes alimenticios que llevaron a Magui a renunciar a su carrera de bailarina clásica: “Yo escondía mi problema hasta que no pude manejar la situación. Sentía una angustia muy grande hasta que no pude más y se lo conté a mis padres. Lo primero que hicieron fue contenerme con especialistas, pero tenés que dejar que te ayuden”, reflexionó Magui
Ante la aparente "invulnerabilidad" de la participante, Denise Dumas y el panel comenzaron a indagar en los motivos para que se muestre tan dura y hermética para “el afuera”. “Nadie conoce nada de tu vida…se te ve como alguien insensible”, le dijeron.
Fue ahí cuando la participante se quebró. “Soy vulnerable, pero tengo el error de buscar la perfección en todo. Los que bailamos clásico somos así; cualquier chica que estudie clásico te lo puede decir”, aseguró y comenzó a contar la historia de su intento por convertirse en una bailarina clásica, con ribetes dramáticos como el de haber padecido de bulimia.
“Es una carrera muy sacrificada donde llega una entre miles y era una exigencia muy fuerte de mi madre para que yo sea primera bailarina. De chica, ella también quiso ser bailarina y no pudo”, contóMagui.
Ante las preguntas del panel, contó que su madre vivía en La Plata y no venía a las galas porque estaba enferma. “Pero me ve y estamos comunicadas a través de mi hermano (que también vive en la ciudad de las diagonales) y de mi papá.”
Magui agregó que vivía con su padre en Buenos Aires desde que tuvo que dejar de bailar por la bulimia que padecía. "Me mudé con él para poder trabajar como azafata y estudiar una nueva carrera. Estoy en tercer año de filosofía”, reveló.
“Cuando dejé de bailar sentí que fue un fracaso, pero agradezco el trabajo que tuve como azafata y el estudio que hago, que te abren la cabeza". dijo Bravi.
Y confesó que vivía como una revancha de la vida estar en el reality, porque significa volver a lo que más ama: bailar. “Les estoy muy agradecida por haberme dejado bailar con Hernán Piquín. Fue un momento muy feliz... como abrazarme de nuevo con la danza y terminar de perdonarme por lo que pasó. No puedo dejar de decir gracias”, dijo conmovida.
El tema se centró aún más en los desórdenes alimenticios que llevaron a Magui a renunciar a su carrera de bailarina clásica: “Yo escondía mi problema hasta que no pude manejar la situación. Sentía una angustia muy grande hasta que no pude más y se lo conté a mis padres. Lo primero que hicieron fue contenerme con especialistas, pero tenés que dejar que te ayuden”, reflexionó Magui
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